

A.C. Warneke
Como la mayoría de los escritores, paso la mayoría de mi tiempo contándome a mí misma, historias y ocasionalmente, escribiéndolas cuando se vuelven demasiado ruidosas como para quedarse en mi cabeza. Los personajes también son muy demandantes, quieren salir al mundo para ser descubiertos por millones de lectores devotos, aunque ellos estén más que satisfechos de tener solo algunos lectores que realmente los amen. Desde las gárgolas que se sientan en la cima de los techos hasta la sirena quien atrae a su lobo por mal camino; desde los Aradians y Apocritae a aquellos que luchan contra el mal, los personajes lo son todo.
En vez de pasar por la puerta tradicional del mundo editorial, salté sobre las paredes con la ayuda de la catapulta digital (kindle direct, smashwords, y creatspace) y mensajeando e-birds (goodreas, facebook, twitter, RNC, etc), yendo directo al público. Ha sido un año ya, y mientras mi dominio es pequeño, crece cada día mientras me conecto con otros rebeldes a lo largo del mundo y los lectores que apoyan nuestro trabajo. Es un tiempo glorioso para ser escritor.
Cuando llega el momento de escribir realmente, descubrí que a cada uno de mis libros les gusta ser creados de una forma distinta, lo que hace que establecer un ambiente que me lleve a escribir no es algo que me sea posible, aunque ocasionalmente tiene que ver con pasas de uva cubiertas con chocolate, música, Buscaminas, Mahjong a veces, un montón del Solitario, notebooks y pedazos de papel, garabatear y soñar despierto, chicle de fruta sin azúcar, no necesariamente en ese orden y no siempre al mismo tiempo.
Por supuesto que nada de este mundo sería posible sin el amor y apoyo de mi muy amorosa y tolerante familia: mi marido quien me alienta a seguir escribiendo incluso cuando actúo como loca con respecto a las palabras en mi cabeza, y mis tres hijos que me ayudan tanto cuando me pierdo en esas mismas, malditas palabras. Me escuchan muy amablemente mientras sigo y sigo hablando sobre la motivación de mis personajes y sobre historias detrás, su conexión con las palabras creadas y como luchan por tener el control de sus destinos. Pero soy una escritora cruel y les hago tener que ganarse su final feliz.
Y como soy una romántica en el corazón, en realidad, todos ellos tienen su final feliz.
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